DÍA DEL ORGULLO LGTBIQ+ 2021. Documental "Abriendo ventanas".
El pasado 25 de junio el Colegio Profesional de Trabajo Social de Aragón realizó un encuentro para realizar el visionado del documental “Abriendo ventanas” dirigido por Vicky Calavia y financiado por la Dirección General de Igualdad y Familias, del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales y una posterior puesta en común de impresiones con debate del que se extrajeron algunas conclusiones que exponemos a continuación:
La actividad se propuso con motivo de la proximidad del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ y la disposición de los y las profesionales del trabajo social de reflexionar sobre las especiales o no tan especiales necesidades de las personas en función de su identidad, expresión de género y orientación afectivo sexual y relacional.
La primera reflexión que apareció es que la temática se convierte en un tema de derechos humanos e igualdad, no hay debate sobre el derecho a las personas a vivir como deseen y a ser tratadas en igualdad de condiciones de dignidad y respeto.
El hecho de tratar a las personas, en una primera impresión, como personas heterosexuales y homogéneas tiene consecuencias para las personas que forman parte del colectivo LGTBIQ+. Así, precisan una “salida constante del armario”. Una consecuencia que supone un sobreesfuerzo de exponer su realidad personal, de explicar y justificarse repetidamente, algo que no se exige a las personas heterosexuales. Las profesionales y las personas integrantes del colectivo encuentran que a pesar de una mayor disponibilidad de información se encuentra una gran resistencia de las personas al entendimiento o al respeto.
La violencia sufrida por las personas que integran el colectivo es algo generalizado, sin embargo, en ocasiones la indiferencia de otras personas que pudieran encontrarse en el mismo espacio es igual de dolorosa. Falta aún conciencia social para que, quien se sienta extraña sea la persona que ataca y no la agredida. Quizás se llega a más personas a título personal que desde canales oficiales, aunque no por ello se tiene que dejar de visibilizar desde esos canales oficiales e institucionales.
Actualmente existen normas específicas que obligan a la incorporación de la promoción del conocimiento de temática LGTBIQ+, para que se convierta en algo transversal, ya no es una cuestión de gustos. Sin embargo, aun tratándose de algo transversal, se genera un abandono inconsciente de la responsabilidad de generar conocimiento y sensibilización; es fácil que las y los profesionales nos quedemos en la teoría y superficie. Por ello, vuelve a considerarse necesaria la coordinación interprofesional e inter-institucional que nos recuerde quién está trabajando qué, y nos haga profundizar en las carencias de conocimientos o actitudinales que podamos tener.
La formación Universitaria debe seguir esforzándose en la actualización del profesorado y resto de personal para educar de manera consciente al alumnado que luego tratará desde su puesto de trabajo habitual con personas en momentos tan relevantes de su desarrollo personal como la infancia y adolescencia, o en diferentes situaciones de vulnerabilidad, priorizando por tanto ramas de formación académica y educación social, relaciones laborales y recursos humanos, trabajo social, psicología,
derecho, así como las de la rama sanitaria.
Aparentemente se ha avanzado más en una garantía del ocio y tiempo libre con perspectiva de género, lo que facilita una inclusión de igualdad de partida. Sin embargo, todavía aparecen barreras en el deporte.
Las etiquetas no nos representan, se quedan cortas. Etiquetar y etiquetarse solo es un principio necesario para acercarse hacia el fin de las etiquetas. La clave de naturalizar a las personas, siendo consciente que en un momento pueden representarles o no. Las etiquetas son fluidas, debido a la construcción y crecimiento de la propia persona.
Desde la intervención social tenemos muy presentes las etiquetas y clasificaciones que se hacen de las personas en nuestra praxis diaria. Puesto que como trabajadoras sociales debemos sensibilizar, y promocionar la igualdad de trato, fomentando la participación de las personas y facilitando la relación con la comunidad, además de denunciar las injusticias y desigualdades, tenemos la dificultad de visibilizar y no estigmatizar en el intento.
La clasificación de las características de las personas o grupos de personas como familias, que hacemos como profesionales de la intervención social, son únicamente un punto de partida. Si existen y son necesarias es para poder tomarse como factores de riesgo o protección, como punto de partida de contextualización. Es importante tener presente que deben actualizarse con el avance de la sociedad. Además, las etiquetas avanzan, evolucionan y se van creando a medida que el tejido de la sociedad evoluciona y con ello difieren en distinta carga emocional, social, política en un contexto u otro de la historia.
Éstas deben servir para facilitar el acompañamiento teniendo en cuenta que estas clasificaciones no abarcan toda la realidad de la persona, que tendrán matices y que ninguna persona va a ser igual que la anterior.